SANTANDER Y EL EMPLEOUno de los pilares fundamentales de la participación ciudadana en la sociedad del bienestar radica en su posibilidad de desempeñar un trabajo. Son varias las consecuencias positivas que se derivan para la sociedad por el hecho de obtener un buen nivel de empleabilidad:
• Un mayor reparto de recursos económicos vía nómina, y un reparto más equitativo de la riqueza
• Un pleno desarrollo de las potencialidades de cada uno de los individuos que componen la sociedad, especialmente los colectivos socialmente excluidos
• Un ejemplo de solidaridad en la medida que se contribuye a que otras generaciones de ciudadanos se vean recompensadas vía cotizaciones a la caja común de la seguridad social,
• Y por último, y no menos importante, un índice del desarrollo económico y social y un síntoma del vigor y pujanza de una sociedad.
La labor que desde el Gobierno de Cantabria se viene realizando en lo que va de legislatura por aumentar el número de personas que se incorporan al mercado laboral, y por otro lado, en reducir el número de desempleados inscritos en las oficinas de empleo, cabe calificarla como de más que satisfactoria. Algunos datos:
Numero de afiliados a la Seguridad Social
Junio 2003: 198,378 afiliados
Junio 2006: 226,117 afiliados
Porcentaje de desempleados
Tercer trimestre 2003: 11.15%
Segundo trimestre 2006: 6.69 %
Tasa de empleo (Número de ciudadanos de 16 a 65 años activos, estén ocupados o parados)
Tercer trimestre 2003: 47.45%
Segundo trimestre 2006: 51.27%
La espectacularidad de alguna de las cifras expuestas, estimadas en un período relativamente corto, como son tres años, residen en muchos casos en la mejora que han experimentado dos colectivos muy castigados hasta ahora en el empleo de Cantabria: mujeres (descenso del paro -6,77%) y jóvenes(-22%). Estos colectivos y la mejora de su empleabilidad han tirado de manera decisiva de los datos del empleo hacia un escenario que no distará mucho del pleno empleo en un período cercano de tiempo.
A pesar de ello, la actuación del Gobierno, aun siendo buena, debe huir de la complacencia, y apretar filas a la hora de facilitar a colectivos como el de mujeres, emigrantes, jóvenes y discapacitados, nuevas oportunidades para su incorporación al mercado laboral.
Sin embargo, cuando se analizan los datos en materia de empleo de manera desagregada municipio por municipio, hay uno que llama la atención sobre el resto: El retraso de la Ciudad de Santander en la clasificación general del mercado laboral en Cantabria. Y ello, bajo tres índices demoledores:
• La tasa de paro en Santander es un 1% por ciento por encima de la media regional (cerca del 20% en términos absolutos). Esta tendencia viene no desde el año 2003, inicio de la legislatura, sino que es histórico de los últimos quince o veinte años. Por tanto escapa de un análisis coyuntural o cíclico para convertirse en algo estructural y endémico: Santander no genera empleo suficiente para los santanderinos que en edad laboral, desean trabajar y no encuentran oportunidades para ello, en su propia ciudad.
• Mientras en el conjunto de Cantabria, nueve de cada cien hogares, tiene al menos un parado, en la Ciudad de Santander, la tasa es de diez parados por cada cien hogares. Así, hay más de 6.000 hogares en Santander en que al menos uno de sus miembros sufre desempleo.
• La población en edad laboral y por ello, la tasa de empleo y actividad, lejos de crecer como haría un municipio floreciente y dinámico, ha descendido en los últimos años, lo cual, es significativo de que la población de Santander está envejeciendo, y que los jóvenes en un porcentaje importante están emigrando a otros municipios limítrofes a pesar de seguir trabajando en Santander.
El origen y fundamento de estas cifras, preocupantes para cualquier santanderino, habría que encontrarlas en el propio Ayuntamiento de Santander pues es el lugar donde, a través de decisiones políticas equivocadas y sostenidas en el tiempo, se ha permitido:
• El fomento de una economía centrada en la construcción de segundas residencias que generan un empleo coyuntural, que además ha consumido gran parte de suelo municipal destinado a viviendas caras para no residentes, que ni consumen apenas servicios ni generan valor añadido a la Ciudad.
• No se ha habilitado suelo en Santander para uso industrial y empresarial en los últimos años, y se ha perfilado una Ciudad nada atractiva para que nuevas empresas e inversiones externas decidan establecerse en la Ciudad.
• La política municipal de vivienda asequible para los jóvenes ha brillado por su ausencia, pues cero han sido las viviendas sociales en los últimos 10 años promovidas desde el Ayuntamiento de Santander. La emigración de jóvenes a otros municipios ha sido la constante de los últimos años.
• El porcentaje de inversiones ejecutado por el Ayuntamiento de Santander sobre el presupuesto anual es del 32%, es decir, la incapacidad de invertir y generar empleo a través de la inversión municipal es manifiesta. De cada 100 euros presupuestados en el papel, solo se gastan 32 realmente, y así, ni hay iniciativa, ni inversión, ni nada que suene a la palabra empleo.
Y la consecuencia más inmediata se verá reflejada a corto plazo en la dinámica de crecimiento y la tendencia al pleno empleo en Cantabria los próximos años. La excepción, tristemente para nosotros los santanderinos, es nuestra Ciudad. Sólo la pobre política hacia el empleo desde su Ayuntamiento nos ha abocado a un escenario de inactividad económica, dejando escapar el tren de dinamismo y progreso en que ha entrado nuestra Comunidad en los últimos tiempos.
Por ello, y ante este escenario nada halagüeño para nuestra querida Ciudad, los regionalistas debemos esforzarnos por recoger las mejores iniciativas y propuestas que nos permita articular un programa electoral con medidas que empujen a nuestra Ciudad a liderar el crecimiento en el empleo y por ende la riqueza y dinamismo de una Ciudad que por el mal gobierno municipal languidece día a día.
Un proyecto regionalista para la Ciudad de Santander, con visión de futuro, que recupere las señas de identidad de nuestra Ciudad, una Ciudad atlántica y cantábrica, marítima, portuaria y comercial, y que, en tiempos, fue referencia de una de las economías más dinámicas del Norte peninsular.
De poco sirve tener buenas comunicaciones por autovías y aeropuerto si al final el vecino de Santander que además es contribuyente, está mas pendiente de sufragar el gasto de un hijo parado que de disfrutar de los logros sociales de la Comunidad.
Un proyecto, que bajo el liderazgo de Vicente Mediavilla, y la trayectoria demostrada por los regionalistas en la creación de riqueza en nuestra tierra en los últimos años, al mismo tiempo que se preservan las señas de identidad de Santander y de Cantabria, se someterá al veredicto de los ciudadanos de Santander a través de las urnas, en mayo de 2.007. Los regionalistas de Santander esperamos que el binomio de Santander + Empleo sean una combinación ganadora, generadora de riqueza y bienestar para todos los santanderinos y no para unos pocos como ha sido lo habitual hasta ahora.
Francisco José Sierra Fernández
Coordinador de la Comisión de Política Social del PRC.
Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas y Sociología.
Fuentes:
INE. Instituto Nacional de Estadística. Series anuales y mensuales de población activa.
ICANE. Instituto Cántabro de Estadística. Ficha municipal de municipios 2005 y encuestas de población activa.
Etiquetas: empleo, santander