CAYON NECESITA UN PLAN GENERALSanta María de Cayón necesita con urgencia la aprobación
de un PGOU que permita un crecimiento sostenible

La estructura poblacional cántabra ha sufrido, a lo largo de los últimos tiempos, una “vertiginosa” transformación. La proliferación de construcciones en nuestra región ha contribuido notablemente a la concentración de la población, en ocasiones masificada, en unas zonas en detrimento de otras que han ido padeciendo los efectos del despoblamiento. A “grosso modo”, esta imagen escenifica un fenómeno, el de la vorágine urbanística, que no ha dejado indiferente al Ayuntamiento de Santa María de Cayón.
Y no es que el crecimiento de la población sea perjudicial sino que, para que revierta en beneficio del municipio, deberá hacerse desde una perspectiva que contemple un ordenamiento controlado en base a las necesidades que se puedan plantear en el futuro. Con este fin se han creado instrumentos de planificación como los PGOU (Planes General de Ordenación Urbana), cuyo fin no es otro que el de regular y planificar el crecimiento de un municipio reservando cuantos espacios sean precisos para satisfacer las necesidades futuras que, como consecuencia del aumento de habitantes, surjan en cada población.
Lamentablemente, Santa María de Cayón, lejos de lograr una armonía entre las antiguas y las nuevas edificaciones, constituye uno de los peores ejemplos urbanísticos de la región. Y lo peor es que no parece existir voluntad alguna por parte del actual equipo de gobierno por solventar esta problemática; el municipio continúa rigiendo sus actuaciones en materia urbanística por unas Normas Subsidiarias que datan nada menos que del año 87 y se caracterizan por su alta permisividad.
Las consecuencias de todo ello son nefastas para el municipio y esto hace que algunos traten de eludir responsabilidades, intentando con insistencia culpar al actual Gobierno regional –y más concretamente al PRC- de no aprobar el PGOU por venganzas políticas. Pero los datos son ya de por sí elocuentes: en la pasada legislatura (octubre de 2002) –siendo el PP socio de Gobierno del PRC- se suspendió la aprobación de las Normas Subsidarias presentadas por el Ayuntamiento de Cayón, debido a la ausencia de cumplimientos de ciertas determinaciones, basadas en aspectos técnicos y medioambientales, como la falta de protección de las zonas inundables, etc. Estos incumplimientos –que no fueron subsanados en la siguiente presentación de las Normas a la CROTU, en la primavera de 2003- motivaron la posterior denegación de las mismas.
Desde entonces, poco o nada se ha avanzado en este sentido; desde hace más de dos años la redacción del PGOU se encuentra paralizada y únicamente se ha sometido a exposición pública algo tan etéreo como unos planos que establecían la comparación entre lo que hay actualmente y lo que podría haber en un futuro, o sea, nada en concreto.
Santa María de Cayón necesita con urgencia la aprobación de un PGOU que, adaptándose a las necesidades de nuestro valle, le confiera a su desarrollo un carácter de sostenibilidad de forma que:
• Se permita un crecimiento mucho más ordenado y homogéneo de las nueve localidades que conforman el municipio, impidiendo la masificación en lugares como Sarón y el despoblamiento en otros donde apenas se puede construir una primera vivienda.
• No se estanque el crecimiento de las zonas más rurales en las que sea necesario fijar la población, permitiendo el desarrollo adecuado de estos núcleos. Esto evitaría la emigración de la población joven hacia otras localidades en las que exista la posibilidad de adquirir una vivienda.
• La arquitectura y tipología de las viviendas se ajusten al entorno que les rodea. Sólo así se podrá evitar el impacto paisajístico que en la actualidad generan muchas de las construcciones que se están llevando a cabo, pues, de poco sirve no permitir la construcción en una parcela, cuando en la de enfrente se construye una urbanización de 30 viviendas con materiales propios de la zona del Levante español.
• En las localidades más pobladas –como Sarón, La Penilla, etc- se lleve a cabo un mayor avance hacia lo público que hacia lo privado; ampliación de dotaciones, construcción de aceras más anchas, mayor número de espacios verdes, aumento de plazas de aparcamiento, etc.
A pesar de lo deseable de todo ello, la última palabra la tiene el Ayuntamiento y, como suele decirse, querer es poder. Pero, a juzgar por los hechos, poco debe querer el alcalde de Santa María de Cayón que se apruebe un PGOU que no hace más que pulular de cajón en cajón. Mientras tanto, la realidad es lo que, a día de hoy, padecemos los vecinos de Cayón y las consecuencias de la nefasta gestión en materia urbanística son cada vez más palpables:
• Insuficiencia de ciertos servicios como el agua o la recogida de basuras, saneamientos desbordados, etc.
• Escasez de plazas de aparcamiento, construcción de aceras cuya anchura no permite el paso de simultáneo de 2 ó 3 personas, incluso construcciones de edificios que invaden viales públicos, etc.
• Insuficiencia de infraestructuras -colegios, guarderías, centro sanitarios, etc.- para hacer frente a las necesidades que se plantearán en un futuro no muy lejano debido al, cada vez mayor, incremento en el número de habitantes.
• Colapso continuo del tráfico, especialmente en Sarón, donde el cruce se ha convertido en un cuello de botella, debido a la mala planificación que en su día no contempló la posibilidad de construir una rotonda.
En la actualidad, la única solución posible, que ya ha sido planteada por el PRC en la consejería de Obras Públicas, es la regulación semafórica y la construcción de una variante que descongestione el tráfico.
• Mala planificación del sentido del tráfico que se traduce en la reducción de anchura de viales, habilitación de plazas de aparcamiento a ambos lados de calles de dos direcciones impidiendo el paso de dos vehículos, etc.
• Obras de edificación que se realizan a pie de carretera obligando a los viandantes a circular por la calzada el tiempo que duran los trabajos, licencias para la construcción de garajes que no disponen de accesos, pasando la única posibilidad de tenerlos por la adquisición de una parcela propiedad del actual tío del alcalde, Gastón Gómez, etc.
En definitiva, el ayuntamiento de Santa María de Cayón padece, cada vez con mayor intensidad, los excesos urbanísticos de un equipo de gobierno a quien poco le importa la planificación urbanística y que ha demostrado en este sentido una total falta de responsabilidad, esgrimiendo tenues argumentos para justificar la no aprobación de un PGOU que esconde muchos intereses.
Cabría preguntarle al Presidente del PP regional, señor Ignacio Diego, quien recientemente declaró sin ningún rubor que “el urbanismo que hace el PRC da miedo”, ¿qué le parece el que hacen sus compañeros de partido? ¿lo aprueba o es que hace tiempo que no se da una vuelta por Cayón?
Ana Obregón Abascal
Secretaria General del Comité del PRC en Santa María de CayónEtiquetas: cayon