¿¿¿SCHULTZ!!!

Al Alcalde, aparentemente, le gusta el cine y, en concreto, Woody Allen. A mí también. Pero, en mi caso, leyendo el otro día sus reflexiones sobre la nación india y sobre la profunda frustración que le provoca el PRC, además de alguna película del neoyorkino, me vino a la cabeza la divertidísima y ácida escena de 'Ser o no ser' en la que el Coronel Ehrhardt, Gobernador alemán de Varsovia, llama reiteradamente a su ayudante, el capitán Schultz, para pedirle explicaciones de su propia y flagrante ineptitud. Si no recuerdan la escena, les sugiero vuelvan a ver la maravillosa película de Lubitsch (sin duda merece la pena), y díganme si no les suena el personaje.
Así me imagino la escena. Tras analizar las últimas encuestas disponibles (no las de 150 entrevistas, sino las fetén), tras el debate de Presupuestos (donde dije digo digo Diego) y tras ver las fotos del último Congreso del PRC, no es difícil imaginar al Alcalde de Santander llamando al amanuense:
¿¿¿Schuuuultz!!!
Hay que hacer algo. Y Schultz, probablemente por asociación de ideas, propone utilizar el principio de orquestación, uno de los que se contienen en el ideario publicista de Goebels: «la propaganda debe limitarse a un pequeño número de ideas y repetirlas continuamente. Sin fisuras ni dudas, ya que si una mentira se repite suficientemente acaba por convertirse en verdad».
Con esa base y con ese principio como guía, articula el alcalde de Santander, de la mano de su escribiente, su mensaje crítico: los partidos regionalistas y, en general, todos los partidos que no son PP o PSOE, en especial los de centro, debieran ser eliminados de la realidad política, porque condicionan la auténtica voluntad de los ciudadanos. Textualmente:
«Los partidos mayoritarios han de velar por el respeto de las instituciones y que no haya resquicios para partidos bisagras que sólo pueden medrar más allá de lo que les es legítimo políticamente en las fisuras del sistema».
Según el Alcalde, los pactos sólo son posibles cuando existen únicamente dos partidos políticos, es decir, cuando alguno de ellos tiene la mayoría absoluta. Sorprendente teoría de representación democrática y de gobierno de coalición.
Pero claro, frente a ello surgen graves dificultades teóricas, lógicamente no previstas. Y, la primera de ellas, que la Constitución, que el Alcalde no recordaba vigente, establece en su artículo sexto, como un principio democrático fundamental, el pluralismo político; no el bipartidismo, sino el pluralismo político. Y, la verdad, considerar la Constitución como una 'fisura' del sistema democrático resulta un poco fuerte, incluso para el Alcalde.
¿¿¿Schuuuultz!
Y el amanuense vuelve a Goebels y establece otra táctica: el principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo, individualizar al adversario en un único enemigo.
Y, con esa base, articula su ataque personal contra el Partido Regionalista de Cantabria; y, de paso, contra su Secretario General, contra el candidato regionalista a la Alcaldía y contra el que suscribe estas líneas, que tiene el privilegio de gozar de sus preferencias críticas.
Y establece una serie calificativos, más exactamente descalificaciones, del PRC y de sus dirigentes, que son la personificación de todos los males y de todos los vicios. Y termina: «la cultura del pacto es justificable éticamente, pero no al precio de retorcer la representatividad de forma vergonzante».
Pero alguien que tiene memoria (no es el Alcalde) le recuerda la historia y le habla de coherencia. Y le comenta que en 1991 él mismo, Gonzalo Piñeiro, se pasó toda una campaña electoral pidiendo votos con el compromiso y el juramento de que nunca apoyaría a D. Juan Hormaechea; pero que, inmediatamente de celebradas las elecciones, le hizo Presidente, traicionando a sus electores.
Y alguien le recuerda que el Alcalde de Santander, en el año 1991, D. Manuel Huerta, fue el representante de la fuerza menos votada, con el voto de Piñeiro. Y le habla del resto de Cantabria donde, en varios ayuntamientos, el Partido Popular apoyó o buscó apoyos en otras fuerzas políticas para impedir que gobernara la lista más votada, es decir, el PSOE.
Y le recuerda que su partido político, el Partido Popular, gobernó España durante cuatro años pactando con el Partido Nacionalista Vasco y con Convergencia y Unió. Y que pactó en Canarias con Coalición Canaria, y en Aragón con el PAR, y en Baleares con Unió Mallorquina. Y, en general, que el Partido Popular ha pactado con quien ha hecho falta para conseguir el gobierno allí donde ha podido.
Es más, para rematar la jugada alguien le recuerda al Alcalde que existe una pequeña contradicción entre el apoyo que el Partido Popular está dando a Ciutadans, en Cataluña, y la postura que algunos tomaron con su promotor, Albert Boadella, cuando hizo cosas como Tele Deum.
O sea, que la historia demuestra que el Alcalde no parece estar contra los partidos pequeños, ni es contrario a pactar con ellos, ni los considera innecesarios. Solamente considera que deben desaparecer los que no le apoyen. En fin, que el principio de simplificación y de enemigo único resulta «pelín incoherente».
¿¿¿Schuuuultz!!!
Y el amanuense, para no contrariar al Alcalde, vuelve a Goebels, y propone el principio de exageración y desfiguración: «Hay que convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave».
Y achaca al PRC, y a su Secretario General Miguel Ángel Revilla, todos los males imaginables, por supuesto con fundamento en anécdotas y chascarrillos y no en argumentos de fondo.
Pero la realidad vuelve a ser tozuda. Y resulta que, desde que el Partido Regionalista participa del poder en Cantabria, se acabaron los escándalos y la algarabía de años anteriores. Que, desde el año 1995, en Cantabria se ha instalado una normalidad democrática que es envidiada por muchas Comunidades Autónomas, entre ellas las gobernadas por el PP (véase Madrid, por ejemplo).
Y resulta que Cantabria, con el PRC en el Gobierno, sigue creciendo a buen ritmo y que los indicadores económicos, sociales y laborales apuntan a una situación razonablemente satisfactoria, más cercana al éxito que al desastre que vaticinaba el discípulo de Goebels.
Y resulta que, con el PRC en el Gobierno, sigue dominando el optimismo en la mayoría de la sociedad de Cantabria y que, con las naturales dificultades, se encara con decisión y con confianza el futuro. Y que Cantabria, como puede comprobar cualquiera que viaje fuera de ella, es hoy más y mejor conocida, y más y mejor apreciada. Aunque el Alcalde y sus colegas se empeñen en recurrir a la anécdota, al chascarrillo o a la simplificación interesada.
¿Ha sido casualidad? ¿Ha sido suerte? ¿Ha sido habilidad de Revilla? Yo creo que ha sido, precisamente, lo contrario de lo que defiende el Alcalde: que la necesidad de pacto entre partidos responsables supone un factor de estabilidad y de buen gobierno. Y que la presencia del PRC garantiza tres principios básicos de la acción de gobierno: honradez en el ejercicio de la política; sentido común en la acción de gobierno; y eficacia en la solución de los problemas.
En resumen, que el principio de exageración y desfiguración tampoco le da resultado.
¿¿¿Schuuuuuultz!!!
Pero el amanuense ya no contesta; ha hecho mutis por el foro. Aunque le quedaban aún ocho principios más del manual de propaganda elegido por el Alcalde, no confiaba en poder defender por más tiempo tanta falsedad y tanta demagogia.
Y el Alcalde quedó, así, frustrado y deprimido. Y ahora, más que a los protagonistas de Lubitsch (a Joseph Tura, por ejemplo), recordaba la actitud de los protagonistas del mejor cine de Sam Peckinpah, esos perdedores al final del camino, buscando sitio en un mundo que ya les ha superado; como el Mayor Dundee por ejemplo. O, quizá más propiamente, como el General Mapache, de la fantástica parte final de Grupo Salvaje.
Por mi parte, vuelvo a dedicarme a lo mío. Y, olvidado de Goebels, le recuerdo a Miguel Ángel Revilla y me recuerdo a mí mismo uno de los Versos de Oro de Pitágoras:
«Muchas son las voces, unas indignas, otras nobles, que vienen a herir el oído. Que no te turben ni tampoco te vuelvas para no oirlas. Pero lo que ahora voy a decirte es preciso que lo cumplas siempre: que nadie, con sus dichos o por sus actos, te conmueva para que hagas o digas nada que no sea lo mejor». Desde que el Partido Regionalista participa del poder en Cantabria, se acabaron los escándalos y la algarabía de años anteriores. Que desde el año 1995, en Cantabria se ha instalado una normalidad democrática que es envidiada por muchas Comunidades Autónomas, entre ellas las gobernadas por el PP (véase Madrid, por ejemplo).
RAFAEL DE LA SIERRA// VICESECRETARIO GENERAL DEL PRC
Etiquetas: santander
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