lunes, septiembre 04, 2006


HEGEMONÍA CÁNTABRA EN EL REMO

MIGUEL ÁNGEL REVILLA/- PRESIDENTE DE CANTABRIA

YO que he vivido algunos años en el País Vasco y siempre lo he considerado un pueblo noble no logro entender ese nacionalismo exacerbado que está politizando en los últimos tiempos todas las actividades de la sociedad, llegando incluso a los niveles deportivos. Ese nacionalismo, tan incomprensible para mí, considera el noble deporte del remo como un invento propio, tiene en la Bandera de La Concha su máximo aliciente y no está dispuesto a consentir que nadie venga a arrebatárselo, ni siquiera aquellos que reman mejor y más rápido.

Durante cinco años consecutivos las traineras de Cantabria han demostrado su superioridad allí donde más les duele a quienes así piensan, en plena bahía de La Concha, imponiéndose una y otra vez a todos sus rivales. Esos éxitos, que tanto orgullo y tantas satisfacciones nos han reportado a los cántabros, han generado sin embargo un poso demasiado amargo en amplios sectores del remo vasco, que no han dudado en recurrir a las más reprobables triquiñuelas, al juego sucio y los atajos para tratar de hacerse con aquello que no fueron capaces de ganar con esfuerzo y deportividad.

Cometen un gravísimo error. Ignoran la historia y la tradición marinera de los cántabros, porque sólo les importa la suya. Se consideran invencibles, porque no son capaces de reconocer la fuerza del rival y no tienen escrúpulos para imponerse a cualquier precio y de cualquier modo. Han llegado al punto de arrebatar a la tripulación de Pedreña su bandera, justa y deportivamente ganada hace un año en el agua. Con anterioridad, ya habían tenido sus más y sus menos con Castro. Y ahora han colocado a Astillero en su punto de mira, en un intento espurio y mezquino de desalojarla de la competición.

Siempre he creído que la grandeza del deporte nace de la alternancia en las victorias y de la capacidad para reconocerlas y celebrarlas. Por eso he dicho que me llenaría de satisfacción asistir a un campeonato de bolos con tres jugadores vascos y sólo uno cántabro, consiguiendo que nuestro gran deporte vernáculo supere las fronteras regionales.

¿Puede haber mayor espectáculo que ver el próximo domingo a 20 ó 30.000 cántabros disfrutar con miles de vascos de una gran fiesta del remo en San Sebastián? Como Presidente de Cantabria, yo nunca renunciaría ni pondría trabas a un campeonato capaz de aglutinar una afición plural, numerosa y entusiasta. Me parece un terrible desacierto la actitud que mantienen algunos miembros de la sociedad vasca respecto al remo y espero que se den cuenta a tiempo del flaco favor que le están haciendo a la propia Bandera de La Concha. Espero que rectifiquen y se atrevan a despolitizar el deporte y a admitir por fin la realidad.

Una realidad que es tozuda y persistente: las traineras de Cantabria no tienen hoy en día rival. Son las mejores sin ninguna duda. Tres de ellas disputarán el triunfo a Orio el próximo domingo en La Concha, lo cual nos hace contar con muchas garantías e inmensas posibilidades de hacernos un año más con la victoria. Por eso y desde estas líneas un llamamiento, quiero hacer un llamamiento a la unidad de los cántabros. Soy consciente de que cada afición tiene su favorito, aunque para la mayoría lo grande es que gane una de Cantabria.

El domingo cada pueblo marinero irá a defender a su equipo y a hacerse con la bandera. Pero sea quien sea el que gane, si es una de las regatas de Cantabria todos los cántabros seremos ganadores y podremos celebrar que, hoy en día y en este deporte, estamos en la cumbre.

El domingo se abre también una oportunidad para aprender definitivamente la lección y poner fin, de una vez por todas, a esas historias extradeportivas que están enturbiando uno de los momentos más dulces de la trayectoria del remo.

Personalmente, yo acudiré a La Concha, como siempre, con los tres pañuelos: el rojo, el azul y el blanco. Las traineras de Cantabria no tienen hoy en día rival